Desde 1958, cada año durante la última semana de septiembre cientos de asociaciones en el mundo aúnan sus esfuerzos para conmemorar una fecha en honor a las personas con dificultades auditivas. En este 2020 bajo el lema “Reafirmando los Derechos Humanos de las Personas Sordas” se celebra entre los días 21 y 27 la Semana Internacional de las Personas Sordas.
El 23 es el Día Internacional de las Lenguas de Signos que reivindica dichas lenguas como parte de la diversidad lingüística y cultural de los distintos países y garantía de sus derechos. El 26 corresponde al Día Internacional de las Personas Sordas, cuya jornada permite cada año poner de manifiesto los temas más relevantes, las problemáticas, los derechos y la cultura de la comunidad sorda.
En esta ocasión se reivindica una mayor atención a las necesidades del colectivo y desigualdades incrementadas bajo esta situación global de crisis sanitaria.
Por un lado se manifiesta la necesidad de homologar las mascarillas transparentes para que las personas de este colectivo podamos acatar las medidas de seguridad y prevención al mismo nivel que los demás. A su vez erradicar la sensación de aislamiento, desconfianza o aturdimiento que padecemos desde que la mascarilla entró a formar parte como prenda ineludible en nuestras vidas.
Por otro lado, en el marco de la reconstrucción social y económica de nuestro país, la pandemia ha puesto de relieve, aún más, la falta de accesibilidad de los diferentes bienes y servicios, así como la ausencia de recursos adaptados para la atención de este colectivo en múltiples ámbitos.
La lucha por obtener entornos plenamente accesibles e inclusivos se ha recrudecido con la generalización de los servicios de atención telefónica. Éstos imposibilitan, para la mayoría del colectivo, el acceso a la información, la gestión de ayudas y prestaciones, la asistencia psicológica, e incluso la obtención de necesidades básicas como la compra de alimentos o medicinas.
El acceso a la educación equitativa, inclusiva y de calidad para el alumnado sordo es otra de las reivindicaciones de este año. La situación de desventaja que amenaza a los escolares hipoacúsicos cada inicio de curso también se ha visto agravada. Es necesaria una dotación de recursos suficiente que haga realidad la igualdad de oportunidades que contempla la ley.
Por último, la comunidad asociativa demanda el mantenimiento de las ayudas a las entidades del sector para que puedan seguir atendiendo las necesidades de las personas sordas. Durante estos tiempos difíciles para todos, y extremos para las personas con discapacidad auditiva, éstas asociaciones constituyen el único faro de luz para miles de personas al que aferrarse y intentar evitar quedarse atrás.
Accesibilidad, tecnología, inclusión, compromiso social, visibilidad, escolaridad u oportunidades laborales son temas recurrentes por los que la comunidad y sus movimientos asociativos luchan cada año por llevar a los términos de igualdad que reflejan las leyes. Ante la situación de pandemia actual se debe poner aún más énfasis en los mismos o la brecha de la desigualdad se hará todavía más patente.
Por su parte el Ministerio de Sanidad a través de sus canales oficiales también participa en esta semana conmemorativa. En su caso hace hincapié en la lucha contra la hipoacusia infantil.
Su manifiesto reza lo siguiente: la hipoacusia en recién nacidos constituye un importante problema de salud, ya que condiciona el desarrollo del lenguaje y aprendizaje, así como, el propio desarrollo emocional y social de los niños. La mayoría de las hipoacusias infantiles se manifiestan en el primer año de vida y el 80% están presentes en el momento de nacer.
Se comprometen a mejorar el programa de cribado de hipoacusia neonata que forma parte de la cartera común de servicios del Sistema Nacional de Salud. Y apuntan que el Ministerio junto a las CC.AA trabajan en más medidas para mejorar los servicios de detección, prevención, intervenciones y tratamientos.